15.11.11

Yo mi Imperio


Cada uno de mis actos va exclusivamente encaminado a servir una única causa, a saber, la mía propia.
Como dioses tengo, si acaso, a mis intereses, objetivos y aficiones. Y, obviamente, se encuentran, todos ellos, bajo mi dominio.
A menudo me actualizo en busca de todos aquellos que me pesan, que me ralentizan más que me aceleran, que me sobran, y que me enredan más que me liberan.

Por lo general, si veo que puedo ser de utilidad, mejor me retiro: siendo útil te utilizarán.
A quienes aprecio y quiero, me entrego por completo pero, ¡ay del que intente emplearme para sus propios fines!
Cultivo como virtud la total ineficacia. Tan sólo en apariencia, creo, pero así me basta.
En realidad me formo en todo lo que me despierta fuego, ¡y en cuanto me aburre lo abandono sin recato!

Que nada a nadie debo, que no me someto, que si me agacho es para colarme por un agujero.

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