La lógica de la modernidad implicaba su imposición al mundo entero y condenó a los blancos al fatum de la raza de Caín: nadie podía escapar a la homogeneización, a la mistificación de la especie. Cuando los negros intentan blanquearse, se convierten en el espejo deformante de la negrificación de los blancos, automistificados desde el principio por su propio dominio. El decorado de la moderna civilización multirracial no es más que un universo de ilusiones ópticas en el que se ha falsificado todas las singularidades de raza, sexo y cultura hasta convertirlas en una parodia de sí mismas. De forma que es la especie entera la que, a través de la colonización y la descolonización, se autoparodia y se autodestruye en un gigantesco dispositivo de violencia mimética en la que se agotan tanto las culturas indígenas como la occidental, ya que esta última no ha triunfado en absoluto y, de hecho, hace tiempo que perdió su alma.
La agonía del poder, Jean Baudrillard. Ediciones Pensamiento.
Graaaaaan!
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