El viaje interdimensional de la conciencia, en un tiempo que no existe, de los portales de cada instante que nos transportan a través de los hechos y sucesos y nos hacen creer en la ilusión del pasado, presente y futuro; como antaño fue considerado válido el progreso, dañino mito colonialista, todo cargado de veneno.
La impaciencia, el tumulto interno, lo duro de silenciar tantas voces que pugnan dentro; mi anhelo desgarrante, y todos los nudos que se han deshecho, y todos los lazos cortados, y todas las cuerdas que se han roto, por lo pronto, para siempre.
Y cuán lejos de todo, pero de nada, porque no hay vuelta posible: quien regresa nunca llega al lugar que una vez dejó.
Nada queda indemne, después de todo, y mucho menos nosotros.
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